Antes de que existieran batallas en escenarios globales o competencias olímpicas, el breakdance —también conocido como breaking— ya era un grito de resistencia, libertad y arte nacido desde las entrañas del Bronx en Nueva York. Era la década de los 70, un tiempo convulso, marcado por la desigualdad, la marginalización y la búsqueda de identidad en comunidades afroamericanas y latinas. Allí, entre el concreto caliente, los cortes de luz y las block parties, emergió un nuevo lenguaje corporal que cambió la historia para siempre.
El origen callejero: cuerpos que hablan
El breakdance es uno de los cuatro pilares fundamentales de la cultura hip hop, junto al DJing, el graffiti y el rap. Surgió como una forma de expresión en los barrios marginados, donde los jóvenes transformaron el suelo de la ciudad en un escenario y su cuerpo en instrumento de resistencia. Lo que comenzó como un juego competitivo, imitando movimientos de kung-fu, capoeira o incluso películas de artes marciales, evolucionó en un estilo completamente original: el breaking.
Los B-Boys y B-Girls —términos que provienen de “break boys/girls”, en referencia a los breaks instrumentales que pinchaban DJs como Kool Herc— desarrollaron una serie de movimientos explosivos y acrobáticos. El toprock, footwork, los giros de cabeza (headspins), los freezes y los power moves se convirtieron en la gramática de esta danza urbana, tan cruda como estética.
Del gueto al planeta: la expansión global
A fines de los 70 y principios de los 80, el breakdance saltó del Bronx al mundo gracias a películas como Wild Style (1982), Beat Street (1984) y Breakin’ (1984), que mostraban al mundo la efervescencia del hip hop en Nueva York. Los crews de bailarines empezaron a recorrer el mundo: Rock Steady Crew, New York City Breakers y muchos más, llevando su arte a Europa, Asia y América Latina.
Lo que en un principio era un fenómeno local, se transformó en una cultura global. En Chile, el breaking comenzó a verse en espacios públicos durante los años 80, impulsado por la televisión, el intercambio cultural y el hambre creativa de una generación que también buscaba rebelarse a través del arte.
Phil Wizard of Canada competes against Kazuki Rock (background) of Japan during the Red Bull BC One World Final at the National Sports Club of India (NSCI) in Mumbai, India on November 9, 2019. // Dean Treml / Red Bull Content Pool // SI201911090565 // Usage for editorial use only //
Breakdance en Chile: raíz callejera, alma urbana
En nuestro país, el breaking aterrizó con fuerza en los parques, plazas y esquinas. Santiago, Valparaíso, Concepción y otras ciudades comenzaron a gestar sus propios movimientos underground. Aparecieron crews legendarios como Funk Attack, Power Peralta, South Click, BBoys del Parque y muchos más que comenzaron a formar generaciones de bailarines, incluso en plena dictadura, como una forma de resistencia cultural.
El breakdance se mantuvo firme durante las décadas siguientes. Desde los combates en la Alameda, las jams en barrios periféricos, hasta su consolidación en competencias internacionales como Battle of the Year Chile o Red Bull BC One, el breaking chileno ha sabido posicionarse como una escena activa, diversa y con identidad propia.
Del underground a los Juegos Olímpicos
En un giro histórico, el breaking fue anunciado como disciplina oficial para los Juegos Olímpicos de París 2024. Lo que nació como una respuesta callejera al olvido y la opresión, ahora tendrá su propio espacio en uno de los escenarios más importantes del deporte global.
Pero más allá de las medallas, los trofeos o los flashes, el breakdance sigue siendo lo que siempre fue: una forma de vida. Una manera de contar la historia del barrio con giros, sudor, ritmo y estilo. Una danza que no pide permiso, que no se arrodilla ante nadie, que vibra al ritmo del beat —y del alma.
Por el concreto corren ríos de pintura que no se secan. No son manchas. No son vandalismo. Son gritos de colores que se niegan a callar. Son firmas, memorias y testamentos. El graffiti, ese arte indomable, nació en la urgencia de ser visto y hoy sigue escribiendo con spray lo que la historia oficial no se atreve a contar. Origen global: el grito silenciado que tomó forma A fines de […]
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